Falta poco, el 2020 ya se va...
¡Vaya año! Este 2020 no lo hubiéramos creído así, aunque nos lo hubieran jurado una y otra vez.
Comenzó como cualquier otro año: cuesta de enero, espera de la primavera, propósitos como viajar, comer mejor, ver más seguido a amigos y familiares, pero llegó el Covid y mandó a parar todo.
Al principio parecía un mal juego, una pesadilla o algo sacado de una película de ciencia ficción. Pero no: esta pandemia resultó una realidad y para poca fortuna, sigue presente.
Pasaron meses de encierro, de temor a lo desconocido, de tomar precauciones para cuidar a nuestra familia, hasta que llegamos a una luz de esperanza: las vacunas que arrojan buenos resultados.
Pero mientras se aplican, nos toca cuidarnos, evitar los espacios cerrados, hacer del cubrebocas parte de nuestras vidas y mantener la sana distancia.
Incluso durante las fiestas de fin de año. Las fechas que estamos por vivir son, típicamente, de reencuentros, abrazos y reuniones familiares. No obstante, este año será distinto por nuestro bien y por el de la gente que nos importa.
Yo no olvido al año viejo ¿por qué?
A pesar de las penas, de las tantas pérdidas humanas (inesperadas e injustas) y de la batalla sin cuartel que representa una pandemia de esta magnitud, este 2020, que ya casi se va, nos ha traído buenas enseñanzas. ¿Ejemplos? ¡Son muchos!
Aprendimos a no correr por la vida y en especial, a entender que todo pasa, todo sigue y que nadie es indispensable.
Aprovechamos la tecnología al máximo y descubrimos muchas funciones para estar cerca, sin estarlo físicamente.
Las empresas comprendieron que el home office sí funciona.
Recordamos que nuestro cuerpo es nuestro templo, y que hay que cuidarlo como merece.
Además, nuestro hogar dejó de ser el lugar al que llegábamos a dormir. Se convirtió en el espacio más seguro de todos, en nuestro oasis de paz. Lo reacondicionamos, compramos plantas, lo pintamos, tiramos todo lo acumulado durante años. ¡Lo vivimos!
También, con un mundo de cabeza, esta pandemia reorganizó nuestra lista de prioridades. Nos dejó claros qué amigos sí valen la pena y quiénes son solo conocidos, con los que coincidimos en la vida. Solo piensa: si tu boda fuera en el 2021, ¿tu lista de invitados sería la misma que si te hubieras casado este año?
Vamos a salir de esto, porque somos fuertes, tenemos fe y tenemos esperanza de que vendrán tiempos mejores.
¡Adiós 2020! ¡Bienvenido seas, 2021! Felices fiestas.
Por Sandra Notario editora de Nupcias Magazine. Conoce más de ella en Instagram @sandranotario.